Independientemente del tipo de negocio que cree cada quien, los emprendedores también suelen clasificarse en distintos tipos. Esto varía según su forma de trabajar, o la forma en que logran conseguir sus metas. Si quieres averiguar qué tipo de emprendedor eres, revisa estos 10 tipos y elige al que más te parezcas. Aunque ten cuidado, estos tipos también tienen sus ventajas y desventajas.
8 tipos de emprendedor
1. El barato
Es probable que en el deseo de abrir su propio negocio, este emprendedor decida eliminar algunos gastos que parecen innecesarios, reduciendo así algunos márgenes de inversión para sacar adelante su negocio de manera más rápida. La ventaja es que al presentar un modelo de negocio barato, probablemente será más fácil y rápido que obtenga la cantidad necesaria para sacarlo a flote, lo malo es que en afán de recortar todo aquello que crea que no necesita, podría escatimar en los gastos para generar el mismo producto.
Un ejemplo serían las empresas que al realizar productos en serie no cuidan tanto los detalles y tienden a romperse o descomponerse rápidamente. Es decir que les parece más importante tener un negocio de rápido crecimiento, que uno donde otorguen buena calidad en sus productos.
Esta característica, eventualmente, los podrá conducir a la quiebra. Pues al saberse que sus productos o servicios son de mala calidad, la gente dejará de comprarlos.
2. El arriesgado
Este tipo de emprendedor puede crear un negocio a partir de cierta necesidad. Si bien es importante observar oportunidades y tomarlas, también es necesario evaluar las posibilidades de crecimiento del mismo. Llevar a cabo un negocio que no ha sido probado antes, puede provocar que el emprendedor se apresure demasiado y falle con ese negocio.
O bien, de ser exitoso, es probable que al ser una oportunidad de comercio tan específica, no exista la posibilidad de crecer con ese negocio. Sí, conseguirá clientes y seguro será una base sólida, pero las posibilidades de cubrir las necesidades de una minoría no garantizarán que el negocio prospere de forma rápida.
3. El desempleado
Este puede surgir a partir de quedarse sin trabajo. Así que al verse en una situación complicada, deciden llevar a cabo ese negocio que llevaban tiempo posponiendo por falta de organización para llevarlo a cabo.
El problema de los emprendedores que surgen debido a una necesidad económica, es que pueden no tener la suficiente vocación para llevar a cabo ese negocio. Por ejemplo, pueden estar de moda y ser un negocio rentable las aplicaciones de transporte, pero si este emprendedor tenía un trabajo completamente distinto, puede no desear continuar con ese negocio por mucho tiempo, aún si le genera buen número de ganancias o no.
Por otra parte, al verse en la necesidad de crear un negocio, puede descubrir que es su verdadera pasión y seguirse dedicando a ello.
El obstáculo principal en ambos casos, suele ser que en la necesidad de conseguir dinero rápido, su nuevo negocio no estará cuidadosamente planeado y detallado, lo que podrá presentar problemas a lo largo del desarrollo del mismo.
4. El multi emprendedor
Todos tenemos distintos intereses, desde un poco de cultura, hasta interés en los negocios; pero para ser un emprendedor es recomendable construir un negocio a partir de la verdadera pasión de cada uno. Si se desea diversificar los intereses personales, es bueno hacerlo para distraerse, pero no cuando se trata de crear un negocio para cada rama distinta.
Esta característica generará complicaciones si se desea iniciar un negocio de biología, y al mismo tiempo un bufete de abogados. Al no poner la completa atención en ninguno de los dos, podrá generar malos resultados para ambas compañías.
Sin embargo, los puntos buenos de este emprendedor es que sabe gestionar sus recursos lo suficiente como para sacar ambas cosas adelante. Las desventajas, claro está, es que ninguna de las dos oportunidades podrán despegar del todo.
Más vale consolidar un negocio antes de iniciar otro completamente diferente.
5. El nacido para los negocios
Se trata de aquél que desde un principio tenía la idea clara de su negocio, y que además encuentra muy atractivo el hecho de ser su propio jefe.
Estas son características ideales en cualquier emprendedor, pues le ayudarán a sacar su negocio adelante y a convencer a las personas de que se trata de algo que necesitan. Sin embargo, la mayor desventaja de estos individuos de carácter generalmente fuerte, es que no aceptan un no por respuesta.
No importa si existe alguna forma más barata o sencilla de realizar su negocio, incluso si se le insinúa que podría estar tomando decisiones equivocadas. Este tipo de emprendedor no tomará decisiones más que por sí mismo, lo que puede causar que inversionistas y asociados decidan pensarlo dos veces antes de seguir trabajando con esta persona pues no escucha razones.
Aun cuando estés seguro de que será un éxito, es recomendable escuchar opiniones expertas de gente en el ramo.
6. El social
Existen emprendedores altruistas cuyo único interés es ayudar a las demás personas. Más allá de dejar su marca en el mundo, les apasiona la idea de poder hacer un mundo mejor para todos.
Esto es una gran cualidad, pues se enfocan en los problemas que se tienen como sociedad y buscan todas las formas posibles de aliviarlos. Además de poder crear una oportunidad de ganar dinero para seguir llevando su misión a todos los rincones del mundo.
Por otra parte, suele tratarse de personas muy sensibles, que al dejarse llevar por sus ganas de cambiar el mundo, pueden descuidar el negocio por ser solidarios. Es decir, en lugar de verlo como su empresa, lo ven como su portal de aportar un granito de arena, y esto suele provocar que los negocios no sean rentables pues funcionan a través de donaciones o de voluntariado, lo que dificulta que siga entrando la cantidad de dinero necesaria para llevarlo adelante.
Es importante tener un plan de negocios con inversionistas reales, ya que seguro existen más personas interesadas en cambiar el mundo al igual que estos emprendedores.
7. El inversionista
Es un emprendedor que suele buscar las mejores opciones de negocio para aportarles su capital y hacerlos crecer.
Si bien no es un emprendedor como tal, es definitivamente una persona con la que deben contar todos los negocios.
Si es una persona flexible, dejará que las empresas encuentren su camino al éxito y no se interpondrá en su manera de hacer las cosas. Sin embargo, si tiene muchos años de experiencia como inversionista, puede que orille a los empresarios a hacer las cosas a su modo, provocando que no quieran trabajar más con él y que prefieran perder su inversión.
Esto claramente es una desventaja para todos pues le crearán mala reputación al inversionista y los negocios perderán el dinero que necesitan. Por otra parte, cuando sólo son motivados por el dinero, les importará más la rentabilidad de un negocio que si realmente es original y cubre necesidades, lo que provocará que ambos pierdan a largo plazo.
8. El familiar
Suelen ser aquellos que tienen un amigo, familiar, o conocido que está empezando un negocio, y al no querer contratar personas ajenas, decidieron contactar como socio a alguien de confianza.
El problema de estos emprendedores es que, por un lado, los dueños del negocio pueden aprovecharse del conocido y no pagarle lo suficiente, o pagarle poco porque esperan que su relación les evite reclamos. O bien, que los nuevos socios no se sientan apasionados por el negocio y lo dejen pronto.
Si se entra a un negocio por algún lazo familiar, es importante que se delimite una relación de negocios desde el principio para evitar malos entendidos. Bien dicen que con las cuentas claras, se mantienen amistades largas.
Estos son los tipos más comunes de emprendedor, y como ves, cada uno de ellos tiene ventajas y desventajas, pues es difícil encontrar negocios en donde no sea riesgoso entrar.